12.4.07

En Neuquén nada es un accidente...






1- Carátula de la sentencia condenatoria al empleado policial José dario Poblete, del 1 de Agosto de 1997
2- Rehabilitación del Cabo Poblete a la fuerza dictaminado por la jueza de Menores, Correccional y leyes especiales, Dra. Graciela M. de Corvalan.
3- Planilla Prontuarial de informes policiales y judiciales con fecha 26/02/2004, donde aparece una denuncia por amenazas en causa: "Sambueza Patricia A. S/dcia. Amenazas" con fecha 24-01-1999.
4-Carátula de la denuncia en Autos "Montecino Gladys Esther-Reyes Fernando Luis s/denuncia" que determinó la última condena de Poblete a "dos años de prisión de efectivo cumplimiento e inhabilitación especial por el término de cuatro años para desempeñarse en la fuerza", denunciado en 2003, y condenado en 2006.
5- Cédula de notificación del Juzgado Correccional de Zapala, del 10 de julio de 2006, sobre la última condena del efectivo policial, a la defensa de Montecino- Reyes.
En Neuquén nada es un accidente... (Primera Parte)
Podría ser una de las sagas de Francis Ford Coppola en el Padrino. Y sin embargo, aquella frase inmortal de Don Corleone (interpretado magistralmente por Marlon Brando), no sonaria extraña: "Hijo, que parezca un accidente..."
Aquí, en Neuquén, nuestro Don Corleone también dijo algo parecido cuando los medios capitalinos buscaban alguna explicación al asesinato de un maestro: "Todo fué un terrible accidente..."
En el cine la ficción se mezcla con la realidad, y se vuelca a una pantalla que busca cautivar.
En Neuquén, nuestra realidad, se mezcla con nuestras miserias, y nos determina un film más cercano al horror que al entretenimiento.
Nada es casualidad...
En 1958, la primera huelga general declarada por los trabajadores del petróleo, tuvo una represión brutal por parte de las fuerzas militares que respondían a la Revolución Libertadora, mientras el peronismo era proscripto, y los dirigentes gremiales buscados casa por casa en Cutral Có y Plaza Huincul.
La paradoja de la historia señalaría que muchos de ellos fueron "salvados de la carcel", cuando los vecinos y comerciantes los escondían en sus casas y negocios.
Uno de los comerciantes que más ayudó a estos perseguidos "del garrote y el orden", era un carnicero de Cutral Có, que junto a sus hermanos poseían una carniceria próspera, su nombre: Felipe Sapag. A la postre, Cinco veces gobernador de Neuquén, y quién tuvo que soportar el nacimiento de "los piqueteros", en puebladas durante 1996 y 1997, por la privatización de YPF.
La misma paradoja, se cuela por los riñones de la historia neuquina, y nos devuelve al único hombre que le arrebató el trono a la dinastía Sapag, y fuera premiado en 1976, por el Dictador Jorge Rafael Videla, como uno de los "10 jóvenes brillantes de Neuquén". Un incipiente, Jorge Omar Sobisch, que como dirigente deportivo supo consolidar su reputación en el Club Independiente de Neuquén, y en la etapa democrática como Intendente de la ciudad capitalina.
El garrote y el orden nuevamente se establecían como cultura en estos lares, y el "joven brillante del Proceso de Reorganización Nacional" llegaría a Gobernador luego de superar en una interna al propio hijo de Felipe Sapag.
Su primer gobierno dejaría la fría cifra de 240 causas penales en los estrados judiciales, y a la mayoría de sus ministros y secretarios como una "banda siciliana" con posibilidad de volver a ser nuevamente actores de otra saga del Padrino.
La saga no se hizo esperar, y Jorge Omar, volvió en 1999 y 2003 por el Oscar de la Academia.
La muerte de Carlos Fuentealba, no sólo desnuda una manera de concebir la política o de gestionar una ideología de derecha. Su fallecimiento arrastró un sistema de concentración económica, impunidad de Estado, y mano dura, que puso de manifiesto a todas las áreas de la administración provincial en crisis aguda, a la par de gozar de un presupuesto paralelo por regalías hidrocarburíferas que señalan a Neuquén como un emirato árabe.
Más del 50% de la producción nacional de petróleo está en la Cuenca Neuquina, conjuntamente con el 60% de la explotación gasífera.
Sólo en Rincón de los Sauces se extrae el 23 % de la producción nacional, y se fue incrementando con el oleoducto a Chile.
Sin embargo, el día del fusilamiento del maestro de Cuenca XV, el Hospital al que fué derivado, el Castro Rendón, no tenía anestesista y el neurocirujano, que lo operó, renunció al otro día.
El sistema de Salud, que hoy no existe, es el ejemplo más patético de esta paradoja histórica: Provincia rica con habitantes pobres y servicios públicos paupérrimos.
Quince meses fué el paro que los trabajadores de la salud le realizaron al Gobernador Sobisch en el año 2005, y más de 250 profesionales de la salud fuera del sistema público las secuelas del mismo.
Un sistema que en la década del 70 fué el faro orientador de Latinoamérica, hoy sólo se sostien con una lamparita, gracias al esfuerzo de los pocos recursos humanos que quedan en pie.
El cabo Darío Poblete, integra una fuerza, que tenía el presupuesto per cápita más importante del país, incluso al de provincia de Buenos Aires. Sin embargo, los efectivos de la repartición policial, deben comprarse su ropa de trabajo y las balas para poder practicar tiro.
Cincuenta millones de dólares, lleva gastados el Gobierno provincial en un "Plan de seguridad estratégico" que incluye helicópteros de última generación (que no vuelan por no tener permiso de la Fuerza Aérea), y que fuera denunciado por diputados de la oposición que señalaban la falta de comprobantes de gastos.
Una fuerza policial que en el año 2005-2006 tuvo a las mujeres de los uniformados tomando comisarias y reclamando aumento salarial para sus esposos.
Cuando se señala desde diferentes sectores sociales y políticos de la sociedad neuquina que se está construyendo una cultura de "eliminación de pobres contra pobres", no es una frase de ocación.
El mejor ejemplo de esto es la causa del Cabo Darío Poblete, que se comenzara en el año 2003, por apremios ilegales al matrimonio Reyes-Montecino.
El día 22 de marzo de 2003, no sería un día cualquiera para Fernando Reyes, un joven del Barrio Don Bosco, desocupado, que vivía con Gladys Montecino y sus dos hijos, y que con seguridad en su niñez jugaba al futbol con otro joven del barrio de apellido Poblete.
Ese día Gladys estaba descansando de una jornada agotadora, mientras que Fernando estaba en la casa de un familiar, y sus hijos estaban afuera de la casa.
Los chicos tuvieron un altercado con otros muchachos del barrio, y entre forcejeos y palabrotas en la noche, la balaceda despertó a Gladys que rápidamente salió a la calle.
La escena generó preocupación en ella, que rápidamente se dirigió a dos efectivos policiales que esa noche estaban de ronda, y les pidió su intervención.
Los policias no quisieron actuar, y llamaron al comando para solicitar refuerzos o esperar órdenes.
La Comisaria 22, recepcionó la llamada y puso en conocimiento de la situación al grupo GEOP, un grupo de elite antimotines, que circunstancialmente estaban cerca del lugar con su movil y efectivos de la fuerza.
Entre los efectivos se encontraba un joven oriundo del Barrio Don Bosco, sobrino del actual Jefe de la Comisaria del menor y la familia de Zapala, y que con sus 31 años a cuestas poseía un prontuario que contenía una condena a "un año de prisión de ejecución condicional e inhabilitación especial por el plazo de dos años para desempeñarse como agente policial" (07/08/98 Juzgado de Menores y Correccional y leyes especiales Cutral Có en oficio Nº 342 en autos s/ apremios ilegales expte. 418 F 41 A, y condena con fecha 01/08/1997).
A esta se le sumaba otra causa en 1999 por amenazas caratulada "Sambueza Patricia A. s/ dcia. Amenazas".
Precisamente Jose Darío Poblete antes de su llegada a Zapala rebestía en la comarca petrolera de Cutral Có.
Hijo de Don Dario Poblete y María Rosario Rodrigues, una familia muy humilde de nuestra ciudad, que como una brisa macabra del destino residen frente de nuestro cementerio local.
Su planilla prontuarial lo describe como un hombre robusto, de 1, 80 metros de estatura, de cutís blanco, labios finos, frente amplia, y de cabellos castaños, aunque nada dice de su salud psico-física, en realidad el gobierno provincial desde hace años que no cuenta con un gabinete psico-físico que permanentemente monitoree al personal de seguridad.
Los vecinos dicen que cuando llegó el movil de la GEOP, los chicos, y Gladys, estaban revoltosos pero separados. Lo sorprendente, o diríamos trágico, es que la supuesta víctima (Gladys Montecino) que llamó a la policía para denunciar una pelea de jóvenes entre los que estaban sus hijos, era víctima de una brutal golpiza por parte de los mismos efectivos policiales que llegarían para savalguardar el orden.
La causa penal es contundente en sus orígenes, Fernando Reyes denunciaba que "en horas de la madrugada fue demorado por personas del grupo especial GEOP, en la puerta de su vivienda....En el traslado hasta la comisaria local fue agradido de manera violenta por parte de los efectivos policiales con patadas, churrazos y hasta con un cinto con el cual lo sostuvieron fuertemente del cuello...ocasionándole todo tipo de lesiones en el cuerpo...entre ellas fractura de 5to. metacarpiano meñique de mano derecha...y un disparo de Itaka, con balas de goma, em uno de sus tobillos, que no logró perforarlo por el botín borceguí que este tenía puesto..."
Entre los policías se encontraba el Oficial inspector Omar Hurtado, Sargento Carlos Javier Alfaro, Cabo Primero Bautista Rodriguéz (quién disparó con la Itaka), y el Cabo José Dario Poblete.
"Todos los nombrados, desempeñando un acto de servicio cometieron vejaciones contra Fernando Reyes...", en esa represión Reyes, que parecía Tupac Amaru estaqueado, recibio golpes varios, de parte de Poblete estando atado con un cinto sobre su cuello y esposas en sus manos que le provocaron la fractura de su mano izquierda.
En algún momento se abrá acordado Poblete de aquel niño llamado Reyes que jugaba al futbol en el mismo potrero del barrio, compartiendo la pobreza de familias postergadas en una provincia rica.
Pero lo que le sucedió a Gladys Montecino, tal vez sea aún más patético o trágico, en una cultura de exclusión de un sistema político que premia el clientelismo, y concentra en pocas manos la distribución de la riqueza. Lo saben muy bien los docentes, que por derecho constitucional (Constitución Provincial ) deberían percibir el 30 % de presupuesto provincial, y hoy apenas llega al 12 % con un presupuesto de más de 3.900 millones de pesos.
"Gladys Montecino denunció que ese día resultó lesionada por una patada que le aplicara el efectivo policial Sgto. Bernando Gómez...como consecuencia de dicha agresión la nombrada sufrió traumatismo abdominal región media (ombligo) con intenso dolor conforme certificado médico (fs. 5)..."
La tragedia desnudará en el juicio público y oral que el mismo Sgto. Gómez era un ex-cuñado de la misma Gadys Montecino.
La sentencia fué contundente, en el caso del Cabo Poblete, se lo acusaba por "el delito de vejaciones en perjuicio de Fernando Reyes con la agravante del último párrafo del art. 142 inc. 1 del Código Penal a dos años de prisión de efectivo cumplimiento e inhabilitación especial por el término de cuatro años para desempeñarse en la fuerza policial..."
La sentencia hoy está apelada, y no está firme por un recurso de casación en el Tribunal Superior de Justicia.
Si la justicia, y el poder político, fueran rápidos en sus reflejos institucionales, y no garantizaran impunidad, es muy posible que el Cabo Darío Poblete no hubiera disparado aquella garnada de gas lacrimógeno en la cabeza de Carlos Fuetealba.
Tal vez, Sobisch hoy no sería denunciado por asesino, y todavía soñaria con ser presidente de los argentinos. Neuquén seguiría siendo un emirato árabe con ciudadanos pobres y marginados, y Reyes se acordaría de ese niño llamado Darío que jugaba con él a la pelota en el Barrio Don Bosco...
Fin de la primera parte...
Eduardo "Dady" Rubio

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